Hotel Mizuno
Si vas a ir a la zona del Lago Kawaguchiko (y no vas a escalar el Monte Fuji), lo ideal es hospedarte en alguno de los hoteles que bordean el lago del lado opuesto al monte (marcamos una zona a grandes rasgos en el mapa). De este modo tenés visual del monte y del lago a la vez. Si te pasa como a nosotros, que por el mal tiempo no pudimos ver el monte, al menos seguís teniendo una bella vista general.
Nuestra primera elección de hotel había sido el Sunide (http://www.japanican.com/en/hotel/detail/4258035). Finalmente lo descartamos. Si bien el lugar es hermoso y la vista parece muy buena, descubrimos que si tenías tatuajes no podías entrar a los onsen y las habitaciones con baño-sauna privado en balcón ya se iban de nuestro presupuesto.
En medio de nuestras búsquedas encontramos que no solo el Mizuno (http://www.mzn.co.jp/) era un poco más económico, sino que también tenía un sauna en la terraza que se podía alquilar de forma privada. Podíamos estar solos y con tatuajes…
El estilo del hotel es sumamente ecléctico. A algunos les puede parecer cálido, exótico, anticuado, según con que ojo lo mires. Aunque no se puede negar que le vendría bien una renovación, en lo general es muy cálido y la gente que lo atiende es sumamente agradable y atenta.
Nos hospedamos en una habitación de estilo japonés en el piso más alto. Sin comidas, dos noches, a través de Booking.com. La habitación es de buen tamaño, sencilla, bonita, con un lindo balcón. Trae yukatas, cositas varias y tiene calentador de agua y té (por suerte para nosotros y nuestro mate). Heladera, caja fuerte, televisión, lo normal.
El baño es bastante pequeño, buscamos fotos antes de ir por Internet y no encontramos así que aquí ponemos nosotros.
Aunque el monte brilló por su ausencia, la vista del lago y del monte desde la habitación y su balcón eran increíbles.
La primer noche comimos en el hotel. Tenés para elegir menú francés, japonés u otro saludable.
Nosotros comimos menú japonés, tradicional, elegimos Sukiyaki y Shabu-Shabu. Pagamos la cena y un desayuno aparte de la habitación. Estuvo increíble, nunca habíamos probado esa comida en particular. Delicioso y abundante.
A la mañana siguiente desayunamos en el hotel también. Podés elegir entre desayuno occidental o japonés. Nosotros fuimos por el occidental, la verdad que comer pescado apenas levantados nos parecía extremo considerando que en Argentina se desayuna normalmente muy liviano.
El desayuno occidental consiste en huevo revuelto con panceta, pancito con manteca, una mini ensaladita y yogur con frutas aparte de jugo y café. Valió cada centavo al igual que la cena.
La noche siguiente fuimos a cenar a una parrilla koreana que hay abajo. La vimos recomendada en Internet y vale la pena. Es muy rica, para los que les interese, se llama HANA.
Para llegar al hotel desde el lago hay que caminar unos 200 metros por una calle paralela a la ruta muy empinada. No es nada del otro mundo pero por ahí para gente mayor o con temas particulares o hijos pequeños es un tema a tener en cuenta.
En nuestro segundo día, con llovizna incluida y el staff del hotel mirándonos cual extraterrestres, nos metimos media horita en el jacuzzi de la terraza. Cobran 1050 yenes por persona cada media hora. El jacuzzi es grande, privado, al aire libre y con una fantástica visual. El agua caliente con la llovizna fría fue mucho más agradable de lo que habíamos pensado.
(foto prestada del hotel, no llevamos la cámara ni se veía el Monte Fuji )
A los onsen ni entramos. Una por pudor y el otro por tatuado. Los onsen son baños termales comunales, normalmente con una vista hermosa (en el caso de este hotel con vista al lago). Suele haber uno para mujeres y otro para hombres, separados, y te bañás desnudo. Tienen vestidores y duchas para limpiarte antes de entrar.
El hotel tiene algunas comodidades que van desde extrañas (como una sala de juegos tal como era en los 80) a totalmente atípicas (como un completísimo estudio de grabación) pasando por una variedad en medio como mesa de pool, metegol, barra de tragos, pileta, múltiples sillones y la más exótica selección de condones a plena vista.
Comida, atención, vista, comodidad. Todo es fantástico. Lo único objetable, si es que, es la subida para llegar y la decoración anticuada. Así y todo el balance precio-calidad es muy recomendable.