Matsumoto
Matsumoto es la segunda ciudad más grande dentro de la Prefectura de Nagano y es famosa por su Castillo.
Mucha de la gente que visita Japón ignora este destino. Primero porque se encuentra a más de 3 horas en tren desde Tokio, segundo porque suelen visitar el castillo Himeji (blanco) que es más famoso en lugar del castillo Matsumotojō (negro). El Himeji lo descartamos de nuestro plan porque está cerrado por reconstrucción hasta Marzo de 2015, además aprovechamos que estábamos a mitad de camino.
Fuimos desde Kawaguchiko, así es que para llegar tomamos el Fujikyu hasta Otsuki y desde allí el JR Chuo Line Super Azusa hasta Matsumoto (incluído en el JR PASS). No teníamos muchos más datos que el castillo y el museo de Ukiyoe que tuvimos que suspender porque se nos hizo tarde.
Para nuestra sorpresa, la ciudad es bellísima. Recorrimos una parte, desde la estación hacia el castillo y algunos alrededores. Es muy amplia y lo que más exagera esa sensación de amplitud es que no tienen cableado aéreo a la vista.
Como en casi todo Japón, hay mucho verde por todas partes. Entre el verde, la paz y el no cableado Matsumoto se convierte en una secuencia de hermosas vistas camines por donde camines.
El castillo está rodeado de un parque y nosotros ingresamos por los jardines ya que el puente rojo tradicional estaba cerrado porque estaban desagotando el foso. Para verlo y fotografiar no es necesario ingresar al predio del castillo (y pagar) ya que el parque que lo rodea es público y permite excelentes tomas.
De todos modos la entrada no es nada cara (600 yenes) y el castillo internamente conserva casi todo original. Es uno de los pocos castillos de japón originales: no reconstruido tras incendios y conflictos, como la mayoría de los demás. En Japón hay tan solo unos 12 castillos de construcción original entre los 100 más importantes de todo el país.
Característico de todo jardín japonés, la prolijidad que tenía era casi asquerosa jaja. El jardín interno es un gran predio de césped con senderos que lo cruzan, tiene un local de souvenirs muy completo y lugar con mesitas y máquinas expendedoras tipo quincho para sentarse a comer o tomar algo. Ese día tenía también una gran exposición de bonsais y flores.
Se lo suele llamar castillo cuervo debido a que los tejados se ven como alas y sus paredes son mayormente negras y es el único en todo Japón que puede ostentar jamás haber sido conquistado tras un asedio. Visitarlo y entrar vale la pena hasta el último centavo y aunque crean que basta con verlo de afuera y sacarle muy buenas fotos, recomendamos que no se pierdan la parte interior.
Se puede subir hasta lo más alto de su torre principal (tenshu) que pareciera tener 5 pisos pero en realidad tiene 6, ya que cuenta con un piso escondido para defensa. En el primer piso se encuentra el observatorio de la luna, es una sala abierta en 3 de sus lados con excelentes vistas hacia el jardín privado y al parque.
En el segundo piso hay mucho ventanal haciéndolo el piso con más luz, y una exposición del armamento y uniformes utilizados originalmente para defender el castillo.
El piso 3 es el piso escondido. Es oscuro, sin ventanas y es donde los guerreros se escondían durante las épocas de guerra ya que no se ve desde afuera. Esta era una de las muchas defensas secretas que poseía.
El cuarto es el piso destinado a la realeza del castillo y se nota en sus maderas, trabajos, detalles, etc.
El quinto piso era el que usaba la comandancia militar para las reuniones y establecer sus tácticas.
El sexto piso del tenshu era usado como torre de vigilancia y sus techos están hechos con una técnica especial y poseen en el centro una ofrenda a una diosa que los protegía. La diosa de la noche 26, Nijuroku-yashin, quien protege el castillo.
La leyenda dice que en la noche del 26 de enero de 1618, en una visión, uno de los guardas de la torre vió una mujer vestida con hermosas ropas. Esta mujer le entregó una bolsa de seda diciendo: “Si el Lord del castillo me realiza una ofrenda de 500 kg de arroz en la noche 26 de cada mes, protegeré el castillo del fuego y del enemigo”. Se cree que porque la bolsa fue divinizada, el castillo fue preservado y sobrevivió para ser el castillo más antiguo en estado original.
Cerca del castillo hay una pequeño paseo llamado Kaeru. Es un lugar de compras y su nombre se debe a que Kaeru significa 3 cosas en japonés: sapo, lugar de compras y volver a casa. De ahí que donde empieza el paseo hay una escultura de unos sapos y como era un lugar de paso (para volver a casa…) se estableció una zona de compras. Son pequeños locales como si fuese una galería abierta a lo largo de unas dos cuadras.
Volvimos hacia la estación por Nakamachi Dori. Una antigua y tradicional calle de Matsumoto donde se vestían las geishas, maikos y realeza. En sus tiendas más tradicionales aún se exhiben costosísimas telas y kimonos.
Para volver a Tokio, se vuelve de manera directa con el JR Chuo Line.