Miyajima
Miyajima es una pequeña isla a menos de una hora de la ciudad de Hiroshima. Es famosa por su torii gigante, que en marea alta parece flotar en el agua.
Nosotros fuimos desde Kioto en un shinkansen hikari hasta Hiroshima. Desde la misma estación hay un tren local JR Sanyo Line a Miyajimaguchi donde se caminan unas 3 o 4 cuadras hasta la estación de ferry. Ahí hay un ferry de JR que está incluido en el JR Pass y te deja en la isla. El ferry tarda unos 10 minutos. El viaje completo cerca de 140 minutos desde Kioto hasta Miyajima.
Tuvimos el dilema si quedarnos a dormir para hacer Miyajima y Hiroshima seguidos pero dado que teníamos que cambiar de hospedaje por una noche sola y que el shinkansen es muy rápido, lo descartamos. En cuanto a la noche en Miyajima, sumamente recomendada en todas las guías, era muy cara para nuestro gusto.
Una particularidad del paseo en ferry es que a medida que salís de la estación empezás a ver todos “decks” para el cultivo de ostras, uno al lado de otro a lo largo de mucha distancia. También, por supuesto, las vistas son preciosas.
El ferry tiene un gran espacio interior para llevar varios coches y, como muchas cosas en Japón, está simpáticamente decorado con caricaturas de animales. La estación de ferry, pese a ser una plataforma flotante, es linda.
Desde la estación de ferry de Miyajima, toda la caminata es costera con excelentes vistas del mar. Aquí, como en Nara, hay ciervos sueltos y acostumbrados a los humanos. ¿Qué tan acostumbrados están? Así…
Antes de llegar al torii hay un paseo con linternas y esculturas, todo bordeando la costa.
Obviamente, la estrella de la isla es el gigantesco torii sobre el agua. Dependiendo de las mareas, está metido en el agua o no. Cuando la marea está baja se puede caminar alrededor. Para sacar fotos, lo más lindo, es que esté rodeado de agua. Nosotros averiguamos antes de ir los horarios de cada estadio para tenerlo en cuenta. Es por esto que cuando llegamos nos apuramos a ir directo al torii para enganchar marea alta y sacar buenas fotos, la marea baja nos tocó por la tarde. Siempre es bueno averiguar ya que varia según la época.
En medio de todo, tuvimos la suerte de ver algo poco visto quizás… dos ciervos machos jóvenes luchando entre sí a modo de práctica. Se notaba que eran chicos y también se notaba que no estaban peleando a matar sino más bien como si fuera un juego.
El nombre original de Miyajima es Itsukushima, por el santuario Itsukushima que se encuentra al lado del torii. Miyajima es como se la llama y significa literalmente: isla de santuario. El santuario es hermoso, todos sus edificios están completamente sobre el agua.
Desde allí, en una de sus plataformas, se tiene una vista frontal del torii. La sensación de caminar por las galerías cubiertas con el agua casi al nivel de entrar a la misma es súper linda.
Cuando fuimos, en las galerías había una exhibición de dibujos de niños, todos eran acerca de la isla o el torii. Caminabas y veías uno al lado del otro. Muy lindo.
En la isla hay dos pagodas, un templo, un acuario y muchos caminos para recorrer. En nuestro caso, preferimos ese día dejarlo más libre y simplemente caminar por donde nos diera la gana. Es decir que no fuimos ni al templo ni al acuario ni a las pagodas.
Tan solo caminamos por donde nos llevó el día. Toda la isla es hermosa y todos sus caminos son inmensamente disfrutables.
Miyajima es una isla donde básicamente se comen 4 o 5 cosas: ostras, okonomiyaki hiroshima style, unas galletas en forma de hoja de arce rellenas de diferentes cosas, castañas y helados soft. A nosotros las ostras no nos gustan así que decidimos almorzar en lo que sería una barra de okonomiyaki. Parecía ser una familia que preparaba por estaciones enfrente tuyo con una increíble habilidad. Se puede pedir con diferentes rellenos. La diferencia básica entre el okonomiyaki clásico y el hiroshima style es que en el clásico se mezclan todos los ingredientes con huevo crudo y se tiran a la plancha todos juntos (ver posteo de Kamakura). El hiroshima style se realiza por capas, es más trabajoso y termina siendo más sabroso.
Algo muy simpático es que, si miran bien detrás, hay un cuadro con una representación de okonomiyaki cocinado en una balsa en la isla. 😉
Seguimos caminando por la zona, nos cruzamos con más ciervos y mucho, mucho verde. Los ciervos son de lo más tierno que hay y las partes de bosque transmiten una paz inexplicable.
En un momento llegamos a un lugar con una gran escalera en subida y unas lámparas y arriba había una suerte de cafetería o restorán. Quisimos pasar para sentarnos quizás pero nos encontramos con un hombre tan mala onda que prácticamente nos echó. No sabemos muy bien que pasó…
Más adelante fuimos a parar al Parque Momijidami donde cómodamente nos establecimos en una bajadita al lado del puente, cerca del agua, a tomar unos ricos mates. De más está decir que nos miraban raro, incluso algunas personas parecían morir de ganas de preguntarnos que era eso, pero los japoneses son sumamente tímidos.
Luego de nuestro descanso, caminando nos cruzamos con un cartel que indicaba una subida hacia un parque natural: Tsusumigaura. Subimos, y subimos, y subimos un poco más… debemos haber estado unas dos horas subiendo sin llegar a ningún lado. Todo por senderos demasiado agrestes y empinados. Hasta que desistimos y volvimos. Se hacía tarde y estábamos cansados. De todos modos buscamos en Internet a nuestro regreso, es un parque con verde y laguna. Sinceramente el camino de subida se ve más interesante… y las vistas eran muy muy buenas.
Y nos fuimos a caminar por una callecita de locales que hay en paralelo a la costa entre el torii y la estación. En muchos tramos es cubierta y la gran mayoría de los locales son de comidas y souvenirs.
Extraño: un cucurucho-medialuna con helado. Hay un local de helados soft que te prepara helado con uno de 3 sabores básicos al que le ponen ingredientes encima y los mezclan para hacer sabores. Por ejemplo: helado de vainilla como el de Mc Donalds con semillas de sésamo, todo mezclado. Estaba rico. Nada del otro mundo.
De las famosas galletitas rellenas que mencionamos antes, hay venta en la calle y hay un local exclusivamente de eso con muchos sabores a elección como castañas, banana, té verde, dulce de porotos aduki, etc. No sólo son las galletas, en todos lados hay decoraciones y cosas con la forma de las hojas de arce.
Ya poniéndose el sol nos tocaba la otra vista del torii, que es sin agua y con la gente encantada de caminar alrededor. Calculamos que la marea baja más de dos metros (de altura de agua).
El atardecer es muy lindo y cuando comienza a bajar la luz empiezan a prender linternas por todos lados. La isla iluminada se ve fantástica tanto estando en ella como de lejos.
Ya de de nochecita nos volvimos.