Yokohama
Ubicada a 30 km del centro de Tokio (y menos de media hora en tren), se encuentra la segunda ciudad más grande de Japón, con una población de 3.7 millones de personas.
A esta ciudad se le suele asignar una tarde-noche en los recorridos más estándar (suele hacerse Kamakura de día y Yokohama desde la tarde). Por la cantidad de atractivos que nos interesaban, decidimos dedicarle un día completo a cada una.
Comenzamos el día por el punto más apartado, el Jardín Sankeien. Llegar requiere de un tren de Tokio a Yokohama, otro corto tramo en tren local y un colectivo. Son todos tramos cortos pero es la única forma de llegar caminando poco. Al final del día lo agradecimos, aunque nunca caminamos tanto en nuestras vidas.
Debido a que la gente suele dedicarle solo desde la tarde a Yokohama, y está aislado del resto de los puntos turísticos (40 cuadras del Barrio Chino), el jardín no es muy visitado por turistas.
Nosotros nos tentamos y nos arriesgamos a ir. Podemos asegurarles ahora que no tienen idea de lo que se pierden. Hemos visto varios jardines y es uno de los que más nos impactaron. Sobre todo por la amplitud. Es enorme (17.5 hectáreas), hermoso, espacioso, súper cuidado. Tiene muchas cosas interesantes y mucha variedad.
Apenas entrás te chocás con un estanque de un tamaño abrumador. No sabemos si fuimos muy temprano, si era la época o qué, pero teníamos todo ese espacio casi para nosotros solos.
Además del inmenso verde, el jardín tiene mucha fauna. Lo cual sumado a todo lo demás deja una sensación de paz y desesperación al mismo tiempo. No sabés adónde apuntar con la cámara.
Tiene numerosos edificios de los cuales algunos se pueden visitar y otros están reservados sólo para ceremonias especiales. Entre ellos hay casa de té, casa de antiguos lores, casas de campo, todos llevados desde diferentes partes de Japón para ser conservados en el jardín.
Había mucho más jardín y otras casitas menores.
Incluso bosque de bamboo y un santuarito con un trabajo de madera increíble.
Hay caminos que suben y una plataforma de visualización hacia la bahía con máquinas expendedoras por si tenés sed y todo.
Esa pagoda que al entrar se ve a lo lejos, es la pagoda de tres pisos (y el hall principal) del antiguo Templo Tomyoji de Kyoto, en esa zona también hay una estatua de Shusse Kannon, la diosa de la buena fortuna y el éxito.
Casa de campo. Arriba tiene una suerte de museo de elementos de labranza y alfarería.
Santuario budista del viejo Templo Tokeiji.
En el hall principal del Templo Tomyoji había una exhibición de caligrafía japonesa. Cuando entrabas te daban la posibilidad de enseñarte a escribir tu nombre en japonés. 😉
Y después de mucho caminar, se logra dar la vuelta entera y llegar nuevamente a la entrada.
De acá nos fuimos derecho al barrio Chino. Para que los posteos no se hagan tan extensos decidimos partir Yokohama.